JESÚS LAZO
Soy del año 1993 y viví las primeras etapas de mi vida en el cono este de Lima, Perú. Estudié diseño gráfico pero me interesó más la fotografía, en el 2015 con unos compañeros creamos el colectivo “Recontrapai” en el contexto de las protestas sociales de ese año.
¿Cuándo y dónde comenzaste a fotografiar?
JL: Las primeras fotos las hice en mi etapa adolescente cuando salía con mis amigos por mi barrio El Agustino. Estaba haciendo un diario visual sin saberlo aún. En el 2015 cuando estudiaba fotografía el congreso peruano aprueba la ley Pulpin y ocasiona protestas lideradas por los jóvenes de mi generación; entonces salgo de mi pequeño círculo de amigos donde solo allí hacía fotos y empiezo a hacer fotos en modo de protesta. La ley Pulpin o ley de régimen laboral juvenil básicamente malbarata el trabajo de los jóvenes que recién entra al mercado laboral.
¿Quién (es) ha(n) sido el referente de tu fotografía?
JL: Mis referentes del exterior son: Nobuyoshi Araki, Daido Moriyama, Masahisa Fukase y Jim Goldberg. En Perú: Daniel Pajuelo, Juan Michilerio y “el nada”.
¿Qué te interesa comunicar con tus imágenes?
JL: Recuerdo que mi primer interés al hacer una foto era el de guardar el momento. Cuando veía esas fotos además de ver lo que sucedía allí, también sentía algún tipo de nostalgia y sensación. Eso me llamo la atención por que eran situaciones cotidianas y del día a día las que tenían ese poder de transmitir cosas abstractas como emociones o sensaciones y lo más bacan, creo, es que cuando otra persona ve esas fotos no siente mi nostalgia sino que siente su propia nostalgia o su propia sensación basada en sus propios recuerdos. Eso es lo que quiero transmitir con mis fotografías.
¿Cómo se reflejan tus experiencias de vida en los simbolismos que vemos en tus fotografías?
JL: Creo que las fotos que hago son del día a día y que todos podemos ver los símbolos y lo que estos significan para cada uno pero por la cotidianidad y la rutina, nos distraemos y dejamos de pensar en nosotros. A cierta edad llegan las responsabilidades y, por experiencia propia, no da la cabeza para ensimismarse y reflexionar un rato.