MANUELA SAAVEDRA
Manuela Saavedra (1994), fotógrafa colombiana nacida en la ciudad de Cali, ubicada al oeste del país. Actualmente reside en Bogotá, donde ha dedicado mucho de su tiempo a tomar fotografías en la calle.
¿Cuándo y dónde comenzaste a fotografiar?
MS: Siempre estuve rodeada de cámaras porque a mi familia le gustaba mucho tomar fotos para tener recuerdos de los paseos familiares. De chiquita me molestaba mucho que me tomaran fotos porque no me gustaba posar para la cámara y tener que fingir una sonrisa, pero me intrigaba el aparato y me gustaba ser la que tomaba fotos. A los dieciséis años comencé a tomar fotografías con una mayor noción de lo que estaba haciendo y ya no solo agarrando la cámara por el simple hecho de usarla. En ese entonces ya me interesaba mucho la fotografía de calle, teniendo a Cartier Bresson como referente, pero no me atrevía a hacerla yo misma. Me daba miedo salir a enfrentarme al mundo de esa manera. No fue hasta mucho tiempo después, al finalizar mis estudios en Buenos Aires y mudarme a Bogotá, que con un poco de confianza adquirida, comencé a salir con mi cámara a la calle. Desde ese momento no he dejado de salir con ella, y a veces ni siquiera la uso, pero me gusta llevarla como un amuleto.
¿Quién (es) ha(n) sido el referente de tu fotografía?
MS: Una de mis grandes referentes es Diane Arbus, admiro la simplicidad y humildad con la que se aproxima al aparato fotográfico, además me gusta su torpeza. Siento que al igual que ella, yo soy torpe con mi hacer fotográfico. Otras fotógrafas a las que vuelvo siempre son Alessandra Sanguinetti y Lora Webb Nichols con sus acercamientos íntimos a los mundos de otras personas. En especial, con Lora, me conmovió ver sus fotografías enigmáticas de un pequeño pueblo en Estados Unidos a comienzos del siglo pasado.
¿Qué buscas comunicar con tus imágenes?
MS: Quiero que cada persona que vea mis fotografías se sienta libre de experimentarlas de formas distintas a como yo la concebí, es por eso que a veces trato de alejarme de las nociones establecidas que tengo de la foto ‘correcta’ para no dirigir la mirada del espectador siempre al lugar que a mi me llamó la atención. Me gusta el ruido, entre más información cargue una fotografía de calle, más espacio hay para poder vivirla.
¿Qué significa la fotografía de calle y documental para ti?
MS: Creo que muy sencillamente significan conexión. La fotografía de calle es inmersiva, estás respirando a la calle con cada captura, te mantiene activo y presente en el momento. La fotografía documental es la conexión con los demás, ya no solo el entorno como en la calle. En el documental se rompe la barrera de la timidez y por unos instantes se desarrolla un compartir entre el fotógrafo y el retratado, es una experiencia muy cálida. Cuando alguien te permite entrar en su mundo surge la empatía.
¿Cómo se reflejan tus experiencias de vida en los simbolismos que vemos en tus fotografías?
MS: El hecho de que la mayoría de mis fotografías están tomadas en el país donde crecí me permite ligarlas a mis recuerdos de infancia. Para algunos la caneca de basura en forma de payaso que ven en una de mis fotografías podrá ser una novedad, sin embargo, para mí, es el payaso de la plaza que quedaba cerca a la casa de mis abuelos donde iba a montar patines.