NADIA TECUAPETLA
Nació en la Ciudad de México, lugar donde vive y desarrolla gran parte de su trabajo. Se formó como periodista en La Universidad Nacional Autónoma de México. Después cursó talleres de fotografía en la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente. Sus imágenes transitan desde la documentación con propósitos sociales, hasta la fotografía callejera, lugar inusitado de encuentros y experiencias que alimentan su búsqueda. Ha colaborado en proyectos y exhibiciones de carácter académico e institucional, medios nacionales e internacionales.
La fotografía es un recurso que empleo para explorar el mundo, además para acercarme a los otros. Un punto de partida para reflexionar en el allá afuera, en prácticas y experiencias que se entrecruzan en el espacio social y trascenderán a través del tiempo.
Me gusta enfocar la mirada en historias ‘ordinarias’.
¿Cuándo y dónde comenzaste a fotografiar?
NT: Comencé con talleres de fotografía aproximadamente en 2008. Aunque había sentido curiosidad a temprana edad con los retratos colgados en las paredes familiares y los álbumes, que me evocaban las vidas ahí captadas, el tiempo y las representaciones.
¿Quiénes han sido referentes de tu fotografía?
NT: Los primeros de ellos surgen con fotos familiares o antiguas, hechas incluso por personas no formadas en una academia. Algunos creen que el arte solo se hace por artistas, pero desde mi perspectiva quien sea tiene la facultad de expresar o representar su entorno de manera única y fascinante, y que dichas expresiones o representaciones poseen en sí mismas su propia riqueza, más allá de cánones estéticos.
En adelante, han existido muchos fotógrafos que llegan a motivarme, como el trabajo de mujeres y su sensibilidad para hacerlo y fotógrafos latinoamericanos, retratando una realidad más cercana y emergente. En ocasiones pienso necesaria la distancia de ciertos aprendizajes y considerar cuestiones no exclusivamente fotográficas.
¿Qué buscas comunicar con tus imágenes?
NT: Depende de la situación frente a la que me encuentre. Fotografiar se convirtió en un vínculo que establecí con lo que entiendo por vida y retomo en el proceso fotográfico. Me interesa el mundo y las existencias múltiples que habitan en él, porque además descubro parte de lo que soy.
¿Qué significa la fotografía documental y de calle para ti?
NT: La fotografía de calle representa la posibilidad de dejarme sorprender con lo que sucede frente a la cámara. También de acercarme a los otros, gracias a la fotografía de calle pude desarrollar una mayor afinidad hacia quienes la encaran. Me gusta la calle porque puedo ver más allá de mí y de mis limitantes. La calle es el lugar de reunión de habitantes ‘ordinarios´, que reproducen la cotidianidad marcada por la rutina de las estructuras en que vivimos, algunas veces anhelando hacerlo del mejor modo posible y detonando resistencias a veces inadvertidas.
La fotografía documental requiere de cierta responsabilidad y conlleva un impacto. Trato que las imágenes realizadas con ese objetivo, trasciendan estigmas reproducidos en noticias y periódicos y descomponer imaginarios que pretenden anular identidades vistas de manera poco trascendente. Sabiendo que esta fotografía llega a ser subjetiva.
¿Cómo se reflejan tus experiencias de vida en los simbolismos que vemos en tus imágenes?
NT: Los simbolismos en mis fotografías son un recurso para tratar de expresar aquello que no me es simple de comprender y se llegan a relacionar al sinfín de posibilidades que integran la existencia humana. En la búsqueda se involucran gustos, disgustos, anhelos, miedos o aquello digno de resaltar como el amor, la persistencia y la ternura.