MARCO GARRO

Todos los derechos reservados ©Marco Garro

Marco Garro (Perú). Su trabajo se enfoca en temas ambientales y sociales. Actualmente es Explorador de NGeo Society y beneficiario del Pulitzer Center. Ha recibido la Residencia de Fotografía “Musée du Quai Branly – Jacques Chirac”, el 1re. Premio en “el Salón de Fotografía” (ICPNA) de Perú y recibió en dos años, 2016 y 2018, el 1re. Premio en la organización de prensa IPYS, Perú, en la categoría fotografía. Garro expusó en el Museo de Arte Contemporáneo en Perú, y en exposiciones colectivas en  Brasil, España, Guatemala, el Reino Unido, Estados Unidos e Indonesia. Ha publicado en diversos medios impresos y digitales Peruanos, así como medios internacionales como, Wall Street Journal, Financial Times, The Guardian, Internazionale, New York Times.

¿Cuándo y dónde comenzaste a fotografiar? 

MG: Empecé a fotografiar por el año 2000, cuando un amigo del barrio donde me críe me prestó una cámara fotográfica analógica porque había empezado a estudiar en la universidad. Con esa cámara fotografié mi entorno inmediato, mis amigos, mi familia, mi barrio, pero en el camino entendí que era la herramienta perfecta para acércame y entrar a otros lugares, para conocer otras personas, otras realidades ajenas a mi entorno común.  

 Ya cuando empecé a trabajar como fotógrafo de prensa encontré el pretexto perfecto para fotografiar realidades y contextos ajenos a los centros de poder político y económico. Fue el entorno de la prensa el insumo y la materia prima para luego desarrollar proyectos personales. Paralelamente a esto, la fotografía seguía siendo un instrumento que me permitía rebuscar en mi vida y pensamientos, una extensión más personal, una atracción hacia las emociones que me originaron ciertas imágenes y situaciones interesantes y ocultas que encuentro en el camino.

¿Quién (es) ha(n) sido el referente de tu fotografía?

MG: Mis referentes visuales fueron muy diversos, creo que en un principio me interesó mucho la atmósfera y sensación que genera el uso de claroscuro en la imagen. Recuerdo mucho mirar a pintores del claroscuro como Caravaggio o Rembrandt, así como el trabajo de la luz y sombras de las películas de cine de terror de los inicios del cine. El gran contraste de la luz y la sombra me generaba emociones intensas, extrañas y eso desconocido me atraía de una manera nueva.   Entre los fotógrafos, siempre me interesó la intimidad con los temas que lograban fotógrafos como Diane Arbus, Eugene Richards, Brenda Ann Kenneally, y Anders Pettersen.  

¿Qué te interesa  comunicar con tus imágenes?

MG: Creo que podemos dividirlo en dos caminos. En primer lugar, encuentro en mi entorno diario, mi vida o lugares que voy, momentos o situaciones que me atraen ya sea por la extrañeza que me genera, por la atmósfera que me transmite o por las cosas que se esconden entre las sombras, lo que no se deja ver, no solo con la finalidad de conocer lo que hay allí, sino de entender por qué tuve ese interés y así conocerme un poco más como persona. Por el segundo camino, la fotografía la considero una herramienta de comunicación que puede y debería cumplir una función social, en la medida que se intente y se trabaje hacia ese objetivo, todavía creo en la fotografía que da a conocer y expone realidades, problemáticas, injusticias, condiciones humanas duras, con la clásica utopía de que puede generar cambios o tocar fibras en las personas, una fotografía capaz de mostrar y hacer consciente sobre lo que sucede en nuestros países.

¿Cómo se reflejan tus experiencias de vida en los simbolismos que vemos en tus fotografías?

MG: Siempre había sido una persona un poco privada, reacio a hablar de mis problemas o dificultades emocionales. Creo que esto empezó cuando tenía 12 años y tuve un accidente, perdí a mi hermano y estuve un tiempo en el hospital. Durante el transcurso de los años esta experiencia moldeo mi manera de ver y creo que influyó en mi quehacer en la fotografía. Siempre atraído por la oscuridad, la densidad, y la carga emotiva que tienen situaciones o momentos. Siempre pensé que esa experiencia me había endurecido emocionalmente y que por eso me sentía atraído a temas más densos, con una gran carga emotiva, sin embargo, la fotografía poco a poco se convirtió en un proceso para canalizar todos estos temas. La fotografía es el reflejo de lo que pensamos, sentimos, vivimos o hemos vivido. La fotografía de cada uno no solo es una herramienta que nos permite documentar los problemas que enfrentan los demás, sino que también nos permite conocernos y reconocernos a nosotros mismos.

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Rafael Acata

RETINA LATINOAMERICA / Espacio para el encuentro latinoamericano, fomentando la visión y diversidad de fotógrafos callejeros emergentes.

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