SILVIA S. HAGGE
Nací en Argentina y viví allí hasta 1996. Después viví en Singapur por más de 20 años donde nacieron mis tres hijas y posteriormente 3 años en New York. Cuando no había la pandemia tengia una vida semi nómada, me movía entre Argentina, Europa y Asia para seguir mis proyectos fotográficos. Me encanta aprender lenguas, hablo castellano, inglés y francés, estoy estudiando chino y japonés (desde hace 12 años) y hace muy poco comencé a estudiar árabe. El aprendizaje de las lenguas me ayuda a poder comprender un poquito más las culturas de los lugares que visito, y claramente, para acercarme un poco más a la gente.
¿Cuándo y dónde comenzaste a fotografiar? ¿Quién (es) ha(n) sido el referente de tu fotografía?
SSH: Desde muy chica tenía un particular interés por las cámaras fotográficas. Tocarlas, sin saber cómo se usaban. Mirarlas, como si fueran una obra de arte. Recuerdo que tenía una obsesión por observar el mundo a mi alrededor: miraba a través de las ventanillas de los ómnibus o trenes y detenía en mi retina la escena dentro del marco que era la ventanilla. Así que puedo decir que mi principal interés en ese momento fue de pura observación del mundo de la calle. De la inmensidad que tenía para ofrecerme.
Mi amor por las cámaras fue en aumento, si bien no me considero siquiera conocedora de cámaras fotográficas, hasta ahora ninguna compra o regalo superó la sensación de tener una nueva, o usada, en mis manos. Con el nacimiento de mis tres hijas surgió un interés por aprender seriamente, y allí, en Singapur donde vivo desde 1996, tomé mi primer curso de fotografía con un reportero gráfico local. Ken Donovan Tay creó un curso muy didáctico para principiantes y cada vez que me compraba una nueva cámara hacía un curso a mi medida para enseñarme cómo usarla. Eso fue alrededor del año 2000. A partir de ese momento, hasta ahora, la cámara comenzó a ser una compañera, una “safety blanket” que cargo conmigo en todo momento.
Cuando me mudé a New York, en el 2007, hice un curso de fotografía de calle en ICP. El curso fue interesante pero no me gustaban mis fotos. Por esa razón, decidí guardar la cámara y transformarlas en “mixed media”. Cuando regresé a Singapur en el 2010, desempolvé la cámara y volví a salir a la calle. Un par de años más tarde participé de un taller con Nikos Economopoulos de la agencia Magnum Photos y luego una sucesión de unos 7 más que me ayudaron a encontrar mi estilo, un rumbo, saber qué buscar.
No fui de mirar mucho el trabajo de otros antes de comenzar a fotografiar. Me siento aún una analfabeta en ese rubro, pero sí tengo particular admiración por Henri Cartier Bresson, Nikos Economopoulos, Joseph Koudelka, Graciela Iturbide, Sergio Larrain, André Kertész y Jason Eskenazi, entre otros.
¿Qué buscas comunicar con tus imágenes?
SSH: Antes de sacar la foto, no tengo nada en mente más que la sensación particular que me lleva a hacerlo. Por lo general, es una escena que por alguna razón u otra considero que vale la pena guardarla. A veces la anticipo, tengo la sensación de que algo va a surgir. Otras son imágenes que ya están delante de mí, otras veo potencial en el lugar y me quedo. Pero no busco saber lo que puedo llegar a comunicar. Me gusta saber lo que esa imagen hace sentir al que la mira. Me encanta la libre interpretación que puede llegar a provocar.
¿Qué significa la fotografía de calle y documental para ti?
SSH: Pienso que el estilo que busco en mis fotos es una mezcla de ambas, y también le agregaría fotografía artística. Deambulo por las calles y ahí es donde me inspiro, observo y saco la mayoría de mis fotos. Si tengo un proyecto documental, intento usar la creatividad para darle un toque artístico y que sea lo más espontáneo posible. Siempre tengo la cámara conmigo, así que mis “targets” pueden rondar entre desconocidos, alguien que acabo de conocer, familiares o amigos cercanos. Lo que importa es la oportunidad fotográfica que ellos me inspiren. Una foto puede reunir todas esas características: de calle, espontánea, artística y documental. Algunos de mis proyectos cuentan una historia, pero no siempre busco fotos que la “ilustren”.
¿Cómo se reflejan tus experiencias de vida en los simbolismos que vemos en tus fotografías?
SSH: Particularmente no veo ningún simbolismo en mis fotos. Sí puedo decir que muchas veces lo que me lleva a sacar la foto es una situación que me llama la atención por lo diferente que es para mi cultura. Me encanta viajar por el mundo, sobre todo llegar a lugares totalmente desconocidos, nuevos para mí. Ese lugar virgen para mis ojos. Los olores, los sonidos, las imágenes y las lenguas son un combo que me hace consciente de lo afortunada que soy de tener todas esas herramientas a mi disposición para poder inspirarme. Pero también puedo decir que en las circunstancias de mi vida que no me permitieron viajar ni tener esa tela blanca delante de mí, la fotografía me ayudó como terapia y me empujó a reinventarme para encontrarle la vuelta y crear algo completamente diferente en un terreno conocido. Como dije antes, mi cámara es mi mantita de seguridad. Siempre conmigo por donde vaya, siguiendo un proyecto o creando uno nuevo.
¿Recuerdas tu primera exhibición / publicación? ¿Qué te motivó a dar a conocer tu trabajo de fotografía documental y callejera?
SSH: Me costaba mucho tomar la confianza suficiente para mostrar mi trabajo. Por el 2008 tuve una muestra grupal en Singapur pero hoy miro atrás y no me gusta para nada el estilo que tenía en ese momento. Me han invitado a algunas entrevistas y parte de mi trabajo ha sido publicado en redes sociales y en algunas exposiciones grupales, pero no soy de buscar las oportunidades para hacerme conocer. Tengo un website, una cuenta en Instagram y Facebook. Hago publicaciones semanales y me alegra cuando alguien me descubre de la nada, de esa forma espontánea como mis fotos. Creo mucho en el “serendipity” y en las vueltas de la vida. No soy muy buena en moverme para que mi trabajo salga más allá de mi cuenta IG. Por eso les agradezco, Retina Latinoamérica, por haberme invitado a mostrar mis fotos por este medio.