VICTOR ZEA
Víctor Zea (Lima, Perú, 1989). Fotógrafo freelance con base en Cusco, Perú. Ha trabajado +4 años como reportero gráfico en medios de cobertura nacional. Actualmente, está enfocado en proyectos personales explorando temas como el territorio y la identidad.
No hacemos rap, hacemos familia
¿Cómo es que decidiste abordar la dinámica de la comunidad del Hip Hop y Rap en Perú?
VZ: Las bases de este proyecto se dan a la par de mi inicio con la fotografía. En el año 2010 en mi primer viaje a Cusco conocí a Aurelio de la Guerra un artista que me abrió las puertas de su proyecto “La Casa Pocofloro” (Lima), que era un espacio en el Centro Histórico de la capital, una sinergia de artistas y activistas que desde el teatro, los murales, lo audiovisual, la música tradicional, el hiphop y otra diversas herramientas empujaban un compromiso social, activando desde jornadas culturales y organizándose en las marchas, recuerdo en ese tiempo “La gran marcha del agua” contra el Proyecto minero Conga de la Minera Yanacocha en Cajamarca.
Es allí donde conozco a Pedro Mo, El Dedos, Comite pokoflo, Sonido de la Resistencia, raperos y grupos que sonaban en mi mp3, practicamente era (soy) fanatico de su música y en ese espacio se volvieron amigos muy cercanos con los que hemos caminado juntos no solo compartiendo tocadas sino también colaborando musicalmente, grabandoles videoclips y graficando desde su entorno más cercano. En ese momento, yo rapeaba en un grupo de funk “Big Pollo” y empezamos a gestar una movida en la Casa Pocofloro todos los lunes, llamado “Lunes de Jammin”. Ese espacio fue detonante, porque bajaban de diferentes lados de Lima raperos con un talento increíble, a hacer freestyle, mientras el “Big Pollo” hacía las bases. Así comencé a graficar esta escena y ahí se podría decir que empezó todo.
Titulaste tu proyecto "No hacemos rap, hacemos familia " ¿Qué significado guarda este título para ti o para los sujetos que estás documentando?
VZ: Esa frase la saque de una de las canciones de un gran amigo, Pedro Mo. De una forma fue lo primero que me transmitió esta comunidad de amigos, una búsqueda de la hermandad para construir procesos colectivos. Y también me fui rompiendo ese idealismo, porque así como los procesos colectivos se rompen, también se vuelven a construir. Y así como en la familia a veces te alejas de los tuyos, te peleas, te reconcilias. Y a pesar de eso se sigue construyendo.
También conocí a muchos amigos raperxs que tenían hijos. Me interesaba ese proceso de crecimiento al ser padres y madres y formar su familia, esa comunión que transmiten desde su núcleo familiar hacia la comunidad hip hop. Por eso creo que hacen rap, pero más que eso hacen comunidad, hacen familia.
En muchos de tus retratos ambientales podemos ver a los sujetos en sus hogares, rodeados de otrxs miembrxs de esa comunidad y conglomeradxs en su proceso artístico--algo así como apoyándose entre ellxs--. ¿Qué retos creativos y socio- económicos que enfrenta esta comunidad deseas exponer mediante tus fotografías?
Quiero mostrar una parte que de repente no se conoce tanto del hiphop, que es la organización, es dejar a veces el lado de “artista” y trabajar para sus procesos colectivos. En cuanto a sus procesos artísticos, me fascina que el hiphop se realice con lo que se tenga a la mano, esa forma de autogestionarse. Desde crear en tu cuarto , en un estudio creado con lo que se pueda. Desde utilizar el cajón , el beatbox para hacer el beat. De rapear en un evento masivo a subirse a los buses para comunicar y generar algún ingreso.
Creo que lo chevere es poder empatizar con la vida de algun compañerx. Son más que raperos, son padres de familia, son hijos, tienen otra profesión hacen cosas como todos.
¿ Cuál ha sido el mayor reto documentando esta comunidad? ¿Tienes alguna anécdota que haya puesto a prueba tus capacidades?
VZ: Uno de los retos ha sido entender esa idea de familia y hermandad. Quitarle la parte más romántica. He acompañado a varios amigos que han sido una familia, y luego con el transcurso del tiempo se han separado. Entonces uno regresa a esos espacios y ves cómo reconstruyen lazos, forman nuevos proyectos, procesos compartidos que van transformándose. También uno va conociendo una comunidad que en su mayoría te va reconociendo y nos conocemos unos a otros, entonces sientes una responsabilidad de contar historias con las que ellos se sientan identificados.
Por otro lado, me voy dando cuenta hasta qué punto tengo que retratar sobre esta movida. Ellos son comunicadores con su propia herramienta que es la palabra y la música además muchos de ellos estudian comunicación audiovisual u otras artes y exploran la fotografía, el video y el audio etc. Entonces llegas a darte cuenta que estas contando historias de gente que cuentan historias jaja. Considero que un próximo paso es hacer más colaboraciones y trabajar en especies de laboratorios colectivos. Y va de la mano con lo que es el Hiphop que es un género que permite la colaboración de una manera muy frecuente.
Comentas en tu proyecto que esta comunidad organiza también jornadas culturales aparte de los performances y presentaciones musicales. ¿ Qué particularidades tiene la subcultura del rap y del hip hop en el Perú a diferencia de otras subculturas?
VZ: Considero que actualmente hay una línea muy delgada entre lo que podemos considerar hiphop ya que es tan diverso, es una industria musical y es parte de una cultura mainstream. No son solamente ritmos de bombo y caja que están acompañados con rimas. De repente las particularidades las veo en la formas, en la música, en lo que se habla en las letras. El hip hop que más conozco explora la identidad de un territorio, en este caso en el peruano y somos una mezcla de diferentes culturas. Sin embargo considero que la esencia del hiphop permanece sea cual sea el territorio, sigue siendo una respuesta colectiva en contra de lo establecido, una forma de alzar la voz. Una herramienta capaz de llegar a otras artes, culturas y aportar algo.
¿ Has recibido apoyo o reconocimientos por este proyecto en proceso?
VZ: Esta serie es resultado de mis primeros años retratando a la comunidad hiphop en Perú, forma parte de un proyecto a largo plazo que es apoyado actualmente por National Geographic Society, en el cual me enfoco en el encuentro de la cultura andina con la cultura hip hop a través de sus expresiones orales, el rap y el quechua.
¿ Cómo se ha visto afectada la continuidad de este proyecto ---de ser el caso--- en estos tiempos de pandemia? ¿Cuáles son tus planes futuros con este u otros proyectos?
VZ: Creo que son tiempos de repensar cómo seguir produciendo en este proyecto. He sentido más la necesidad de dejar de fotografiar y más bien buscar producir colaborativamente. Como planes futuros al menos en este año, es seguir conociendo más compañerxs que hacen rap en quechua.